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¡Los Derbis no se juegan, se ganan!

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El Ibiza se lleva el Derbi frente al Atlético Baleares gracias a un gol de Gallar en el 90. El debut en el Palladium Can Misses certifica la segunda victoria de la temporada y aumenta la sensación de euforia iniciada con el partido en Córdoba. 

Sonaban tambores de guerra antes del Derbi entre Ibiza y Atletico Baleares. Ambos conjuntos tenían ante sí un partido prometedor cuyas aficiones esperaban con ansia de victoria. 

La primera del partido no tardó en llegar. Sulei saco a pasear una, dos, tres y hasta cuatro bicicletas para dale una gran asistencia a Soko, cuyo remate se marchó arriba por poco. La réplica del Baleares fue poco después  con un centro al corazón del área fue rematado por encima del travesaño por David.

El juego durante los siguientes minutos fue muy posicional. Las llegadas de peligro de los nuestros llegaron únicamente a balón parado. Eugeni, quien fue un seguro con el balón en los pies, tuvo un par de lanzamientos de falta que pusieron en apuros al portero visitante. Aunque el marcador no se movería en la primera mitad.

En la segunda parte, el Ibiza siguió lanzado y el Atletico Baleares encerrado atrás esperando la contra. 

En el 55,  un despeje de Escassi se convirtió en una gran asistencia para Soko. El bueno de Patrick realizó una jugada maradoniana que estuvo muy cerca de acabar en gol. 

Romo introdujo varios cambios y de esta forma el equipo tuvo un poco más de profundidad. Arroyo, Olabe, Obolskii y Gallar habían entrado y le dieron más verticalidad al único equipo que intentó proponer algo en ataque durante todo el encuentro.

A falta de 10 para el final, Arroyo, quien demostró estar en muy buena forma, hizo una gran jugada por el medio. Gallar finalizó con un gran disparo cruzado que se marchó por lo pelos.

Pocos minutos después, fue el propio gallar el que asistió con un centro a Obolskii. El remate del ruso de cabeza pasó rozando el palo.

Y ya en el tiempo de descuento, Unai Medina ponía un balón medido al área. Arroyo fue objeto de penalti y el colegiado no dudó en señalar pena máxima. Gallar tomó la responsabilidad y con un golpeo ladeado abajo hizo saltar a los casi 3.000 espectadores que se dieron cita en el estadio ibicenco. 

Los tres puntos se quedaron en casa. Segunda victoria consecutiva de un equipo que ilusiona y convence.

De nuevo se ha demostrado que, en Ibiza, ¡los Derbis no se juegan, se ganan!