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Primer equipo

Conoce a nuestro próximo rival: Coruxo FC

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El Coruxo Fútbol Club ha dado a conocer en toda España a esta parroquia de poco más de 5 mil habitantes que forma parte del municipio de Vigo. El equipo por excelencia de la ciudad olívica es el Celta, pero en la última década este modesto club ha conseguido asentarse en Segunda División B tras ascender en 2010. 

Nunca había participado en el fútbol de bronce el Coruxo. Desde entonces, nadie ha movido a los vigueses de una categoría a la que se han aferrado como un mejillón en una roca. Nueve permanencias consecutivas (algunas, sufridas; otras, mucho más holgadas) que serán diez si el Coruxo mantiene mínimamente el rendimiento que está mostrando hasta el momento. El conjunto que entrena Míchel Alonso ha perdido solamente uno de los últimos trece partidos que ha jugado, alcanzando la cuarta plaza de la tabla y los 37 puntos, sin renunciar a su filosofía de club popular y humilde que le acompaña desde su fundación a principios de los años treinta al reunir a varias formaciones de la parroquia de San Salvador. El Coruxo fue incluido por el Ayuntamiento de Vigo entre los galardonados en los Premios Vigueses Distinguidos de 2018. Esta medalla civil reconoció la labor de una entidad deportiva que trabaja con esmero la cantera.

La Diputación de Pontevedra también ha premiado varias veces a un equipo pequeño que consiguió subir a Segunda B, eliminando a La Roda en la última ronda del playoff, después de varios intentos a principios del siglo XXI tras ascender a Tercera División en 2002 y asentarse en la máxima categoría del fútbol gallego. Ahora el Coruxo se ha ganado el derecho a ser considerado un clásico contemporáneo del fútbol de bronce. El buen trabajo de Míchel Alonso (un entrenador con amplia experiencia en Galicia al pasar por Racing de Ferrol, Somozas o Rápido Bouzas) con una plantilla formada casi al completo por jugadores de la tierra. 

El Coruxo sabe atraer a futbolistas criados en los grandes clubes gallegos, la mayoría con experiencia en divisiones superiores. Son los casos de los ex celtistas Jonathan Vila, Mateo o Al Watani (el máximo goleador del equipo con seis tantos), de Añón, criado en el Deportivo de la Coruña, o de Manu Morgado, referencia del Lugo durante muchas temporadas. La secretaría técnica también apuesta por jugadores veteranos con muchos kilómetros en Segunda B: es el caso de Yebra, que firmó esta campaña por el Coruxo y acumula 375 partidos en la categoría, la mayoría jugados con la camiseta del Ourense. 

La veteranía de estos puntales se mezcla con la juventud de otros futbolistas que han disputado en O Vao, el feudo que el Coruxo posee a orillas de la Ría de Vigo, sus primeros minutos en el tercer escalón del balompié español. Un cóctel que ha conformado una plantilla unida en la que su portero, Alberto Domínguez, otro ex deportivista, recuerda los orígenes de esta década dorada: él ya estaba presente en el Coruxo que debutó en Segunda B en 2010 y, tras un periplo por Getafe, Albacete y Ponferradina, volvió a unirse al proyecto de los verdes, una aldea celta que parece irreductible y colecciona titulares elogiosos en la prensa gallega.